The Elder Scrolls IV: Oblivion

Lo primero que te pide el cuerpo cuando estás en campo abierto es subirte a una loma y observar el horizonte, siendo la distancia visible bastante grande, lo que permite descubrir localizaciones que no aparecen en el mapa, ruinas, campamentos, etcétera. Los efectos de luces y sombras son también espectaculares (el HDR hace de las suyas), y observarlo todo en una pantalla de alta definición es toda una experiencia, al fin los jugones consoleros pueden saber lo que siente alguien con un PC potente, tarjeta gráfica de última generación y pantalla de 21 pulgadas cuando juega con todo el detalle activo a juegos como F.E.A.R.

Para viajar grandes distancias usaremos el mapa del mundo, que nos permite desplazarnos de forma directa a puntos ya definidos (ciudades y aldeas) o otros que hayamos descubierto en nuestras exploraciones. Es muy típico el ir a la ciudad más cercana al punto marcado como objetivo, desplazándonos a pie o a caballo a través del campo hasta alcanzarlo. Ya que lo mencionamos comentar que la adquisición de un cuadrúpedo será uno de nuestros primeros objetivos, sino los viajes serán lentos y aburridos.

Las ciudades (sobre todo la capital del imperio) están muy bien construidas, con arquitecturas impresionantes y pequeños detalles que ayudan a la ambientación. Impresiona llegar a una aldea con casas derruidas, donde los vecinos nos reciben con recelo o agresividad, para descubrir que algo gordo pasó allí y podemos ayudarles a solucionar sus problemas.

Avanzando en la aventura y mejorando el personaje.
Según progresamos en nuestras pesquisas para resolver el misterio principal nos irán apareciendo nuevos retos que afrontar, que nos apartan de la línea argumental principal pero sirven para conocer en profundidad el mundo en el que nos movemos, ganar dinero y mejorar nuestros skills. Son particularmente divertidos los Quests en los que ingresamos en una hermandad y tenemos que cumplir encarguitos, subiendo nuestra reputación dentro de la misma a la vez que afecta a cómo nos aprecia el resto de personajes. La relación con el gremio de los ladrones podrá ser o "afectuosa"  (entramos en él y hacemos encargos) o "belicosa" perseguimos a su escurridizo líder por encargo de los magos. Podremos entrar en varias hermandades (yo soy, entre otras cosas, Ladrón y Asesino, ¿me dice algo mi subconsciente a través de este juego?) e ir avanzando hasta alcanzar altos rangos, que nos dan acceso a nuevas habilidades y poderosos hechizos.

Son tantas las historias paralelas que se desarrollan, y tan grande el terreno en el que nos movemos, que Oblivion, más que rejugabilidad, lo que tiene en cantidad es cosas que hacer con un mismo personaje, sin necesidad de empezar de cero. Por supuesto también os podéis animar a probar con otra clase, tipo de personaje y forma de afrontar la aventura (puedes ser un buenazo que se presta a las causas justas o un malvado ladrón y asesino).