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Sobrevive
Allá por el 2005, un juego gano el primer premio de un certamen de videojuegos independientes. Se trataba de Narbacular Drop, un original proyecto final de los alumnos de Digipen, en el que teníamos que conducir a una princesa “sin rodillas” hacia la salida de una laberíntica mazmorra, usando unos portales mágicos como único medio de escape.
La famosa productora Valve se fijo en el talento de estos principiantes programadores y no tardo en ficharlos para trasladar su idea a un marco superior.
El resultado no se hizo esperar. Solo dos años después apareció Portal, un titulo que cosecho un gran éxito de crítica y ventas, respaldado por su sencilla y a la vez complicada mecánica, así como sus múltiples conversiones, tanto para las consolas de nueva generación, en el paquete “The Orange Box”, como para compatibles en formato físico o por medio de la plataforma Steam.
A día de hoy disponemos de una nueva versión del mismo juego, “Portal - Still Alive”, que lo completa con 18 fases extra y en caso de Xbox 360, un perfecto doblaje a castellano del que carecía el original.
Abrimos los ojos, estamos en el cuero de Chell, una mujer de unos 30 años ataviada con un uniforme naranja, descalza pero con unos zancos especiales que la protegen de fuertes impactos.
Nos encontramos dentro de una celda acristalada. Una radio cercana emite una animada melodía que nos hace imaginar un lugar mejor, quizás con sol y palmeras, pero la realidad es mucho más cruda.
Una voz robótica femenina nos da la bienvenida al centro de desarrollo computerizado de laboratorios Aperture. Somos el sujeto sobre el cual esta misteriosa IA va a realizar pruebas de inteligencia y lógica.
Habitaciones y pasillos clínicamente iluminados, cuya decoración nos recuerda a un psiquiátrico, nos conducen hacia una serie de pruebas mientras somos observados por cámaras y puntualmente elogiados por GLaDOS, la voz robótica, que nos insta a hallar la solución correcta para avanzar y tomar ascensores que nos conduzcan a nuestro siguiente desafío.
El sistema de juego se basa en el "Aperture Science Handheld Portal Device" (ASHPD), un futurista dispositivo manual que crea portales en superficies planas, solidas, no metálicas, permitiendo viajes instantáneos y una conexión física entre 2 puntos cualesquiera dentro de nuestro alcance de visión.
Con un botón crearemos un portal naranja y con otro, uno azul; un cromatismo muy útil para guiarnos por los extremos de estos agujeros de gusano portátiles.
Nuestra experiencia en el uso de este “arma” será decisiva para sobrevivir y avanzar en las fases, aprendiendo usos tan originales como aprovechar nuestra inercia al caer por un portal situado en el suelo para luego salir disparados por su otro extremo proyectado en una pared.
Pronto, las inocentes pruebas de conducir objetos de un lado a otro y pulsar interruptores toman un matiz más peligroso con la inclusión de láseres, acido y unidades de defensa con voz infantil, entre otros. Todo nos hace sospechar que algo terrible ha ocurrido fuera de los muros que nos aprisionan y que formamos parte de un gran juguete controlado con un ser sin alma afanada en estudiarnos cueste lo que cueste.
Solo queda una cosa por hacer; respirar hondo y rezar por conseguir sobrevivir a la locura de esta máquina.
En el aspecto técnico, Portal es un juego que ha sabido envejecer. A pesar de llevar ya más de un año en consolas y algo mas en pc, sigue estando a la altura.
Gráficamente se muestra muy nítido, con una decoración minimalista y efectiva que nos encierra en este original laberinto de ratón y nos mantiene atentos a cada detalle del escenario.
No hace uso de grandes alardes poligonales ni diseños fantásticos, pero no le hace ninguna falta. Es un juego con personalidad propia que no se basa tanto en este apartado como en el diseño lógico de su desarrollo.
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