Shellshock: Nam 67

PS2
8.0
Shellshock: Nam 67 10 TodoJuegos
Publicado el 07-09-2004 a las 11:23
Autor: Eduardo "Tuardín" García

Un nuevo juego de guerra, esta vez ambientado en el conflicto de Vietnam, llega a nuestras PS2.

Vietnam 1967. En medio de la más atroz, caótica y estúpida guerra de los últimos tiempos, jóvenes soldados novatos son depositados a diario en las bases militares estadounidenses con el objetivo de reforzar las cada vez más debilitadas, tanto anémica como físicamente, huestes norteamericanas, ante la feroz ofensiva iniciada en 1965 con el objetivo final  de someter a la comunista Vietnam del Norte. Auténtica ‘carne de cañón’ destinada con toda probabilidad a figurar en la escalofriante cifra de 58000 bajas que arrojó finalmente el bando yanqui en semejante barbarie. En Shellshock: Nam '67 adoptamos el papel de uno de estos noveles combatientes, desde el mismo momento de su llegada al campamento base, donde le esperan las más cruentas misiones. Juego que recrea a la perfección las brutales experiencias vividas en semejante conflicto, narrado a imagen y semejanza de los numerosísimos largometrajes existentes sobre la guerra de Vietnam, magistralmente acompañado de una estupenda banda sonora y por supuesto no apto para menores 18 años, como el correspondiente certificado 18+ advierte en la carátula del juego, debido a la alta carga de violencia existente en sus escenas. Entramos en materia.

A Shellshock: Nam '67 le podemos exigir cualquier cosa excepto originalidad. No hay más que echar un vistazo a las estanterías de cualquier tienda de videojuegos para descubrir el inmenso parque bélico a nuestro alcance para cualquier plataforma. Juegos de guerra los hay para todos los gustos: guerras modernas, guerras antiguas, guerras ficticias, guerras futuras, jugados en primera persona, en tercera persona, controlando todos los miembros de un comando, juegos superactivos en los que debemos dejar las yemas de los dedos en los botones del mando disparando a todo lo que se mueve o juegos en los que la estrategia y la inteligencia prima más que la acción. En fin, esto es solo una pequeñísima muestra de lo que nos podemos encontrar. Y si hablamos de la guerra de Vietnam, ni es el primer juego que se dedica al tema ni a buen seguro será el último, añadido además al ingente material documental existente en formato de libros, reportajes y películas.

Como adelantábamos en la introducción en Shellshock: Nam '67 nos metemos en el pellejo de un soldado novato recién llegado al infierno en el que a partir de ahora se convertirán sus próximos meses de existencia. Somos un mero soldado raso que ni se imagina lo que el futuro le depara. En las primeras fases formaremos parte de uno de los equipos a los que les serán asignadas misiones poco menos que suicidas, y estaremos a las órdenes del teniente de turno que comandará al grupo y nos irá indicando en todo momento las acciones a tomar según el devenir de los acontecimientos. Nuestros superiores jerárquicos no dudarán en asignarnos misiones en las que las probabilidades de sobrevivir son escasas dentro de la violencia y sinrazón en que se ha convertido el conflicto. A partir de aquí, con sudor y con mucha sangre de por medio, si conseguimos ir superando las misiones sin perecer en el intento, iremos ascendiendo en nuestra difícil carrera militar. Muy en la línea de este tipo de juegos, cada misión está compuesta de objetivos primarios y secundarios. Los primeros son de obligado cumplimiento para completar con éxito la misión, mientras que los segundos, sin ser necesarios, son muy valiosos para acumular puntos y ascender de rango. Dichos objetivos son muy variopintos y van desde el rescate de rehenes hasta la demolición de posiciones enemigas. Además durante el desarrollo de cada misión podremos ir recolectando los galardones de los enemigos abatidos (estrellas, banderas, etcétera) que nos harán obtener dinero con el que poder ‘mercadear’ en el campamento base e intercambiarlo por drogas, pases nocturnos, sexo con nativas y demás excesos propios de tan decadente escenario. Ya en el campamento, después de una misión y a la espera de la siguiente, además del ya mencionado trapicheo clandestino, podremos darnos un garbeo libremente visitando las estancias propias del lugar mientras escuchamos a través de la megafonía que ambienta la base militar los superéxitos del momento. La más importante de estas estancias es sin duda el campo de tiro. En él podremos seleccionar el arma con el que partiremos a la siguiente misión, tras probarla, ejercitarnos con las dianas del campo si así lo deseamos y escuchar los sabios consejos que el encargado nos dará sobre cada una de ellas, su uso, ventajas e inconvenientes.

Entrando en el aspecto de la jugabilidad, ésta se encuentra dentro de lo habitual del género. Para comenzar a jugar debemos crear un perfil con nuestro nombre que se grabará en las típicas placas metálicas identificativas. Una vez seleccionados los ajustes de vídeo, sonido, y mando de juegos con los que nos encontremos más cómodos, comenzará la acción, previa selección de uno de los tres niveles disponibles, fácil, normal o difícil. Nuestro soldado podrá ejecutar las típicas acciones de seleccionar un arma de entre las que lleva encima en ese momento, disparar  y agacharse, tumbarse, andar, correr y reptar en lo que a movilidad se refiere. Una de las palancas analógicas del mando servirá para movernos adelante, atrás, izquierda y derecha, mientras que la otra se utiliza para mover el campo de visión a la vez que cambia la dirección de movimiento. Estaremos también equipados con unos binoculares que podremos utilizar en cualquier momento y podremos intercambiar entre la vista de tercera y primera persona. La primera es la más idónea para moverse por los escenarios mientras que la segunda es muy útil para acercar el objetivo, apuntar y disparar. Además en la vista de primera persona cuando seleccionamos un arma equipada con teleobjetivo, éste aparecerá en pantalla, acercando considerablemente el punto de mira como era de esperar. A diferencia de otros juegos del sector, sólo podremos llevar un arma corta y otra larga en cada momento además de las granadas y cargas explosivas. Esto confiere mayor realismo a la situación, ya que en otros juegos nos preguntamos cómo demonios se las ingeniará nuestro protagonista para acarrear semejante arsenal. Por supuesto que durante el transcurso de la misión podremos recoger las armas de los soldados abatidos, tanto compañeros como enemigos, pero siempre dejando en el suelo la que portamos en ese momento. Esto es de vital importancia ya que si nos quedamos sin munición siempre podremos intercambiar nuestro armamento por el de algún caído en combate puesto que obviamente él ya no lo necesitará. Además, si pasamos sobre un arma cuya munición es igual que la de nuestra arma actual, ésta será recogida automáticamente. El punto negativo en el aspecto de jugabilidad es la ausencia de la modalidad multijugador. El único modo disponible es un solo jugador, lo que sin duda, no será del agrado de los fans más exigentes en este género que demandan ya la modalidad on line como estándar dentro del menú de opciones. Y otra cosa que no gustará demasiado a los jugadores más experimentados es que el progreso de cada misión es demasiado lineal, estando claramente definidos los límites en los que se desarrolla la acción y dando poco margen a libres exploraciones sobre el terreno que obtengan recompensas añadidas. Para jugadores más modestos esto quizá sea motivo de alivio puesto que donde menos te lo esperes aparecerán enemigos que no dudarán en acribillarte a balazos.

Respecto a la IA, si bien es cierto que los enemigos aparecen siempre en los mismos lugares y en igual número dentro de cada nivel de dificultad, éstos se comportarán de manera diferente dependiendo de nuestras acciones. No es lo mismo ejecutar la misión a la brava, saliendo a campo abierto disparando constantemente, que ir fijando posiciones de forma más estratégica, tomando sitios en los que poder guarecernos y seleccionando y acabando con los enemigos más peligrosos para poder continuar con nuestro avance. La primera forma descrita es totalmente desaconsejable y lo más probable es que no sobrevivamos ni 5 segundos antes de acabar, como acertadamente repite uno de nuestros compañeros, pasto de la ‘jodida picadora de carne’ que representa el tiroteo constante de los Vietcong.

Gráficamente Shellshock: Nam '67 es de gran calidad recreando a la perfección la atmósfera característica de la contienda. La base militar contiene todos los elementos propios que estamos acostumbrados a ver en la multitud de películas filmadas sobre Vietnam. Los escenarios de las junglas y aldeas vietnamitas son plasmados de forma muy detallada incluyendo todo tipo de material militar que los complementa. Puestos defensivos con artillería pesada, helicópteros caídos, todoterrenos, aviones que hacen pasadas rasantes bombardeando el lugar (mucho cuidado con esto porque si nos pillan mal situados nos vamos directamente al otro barrio), y por supuesto los puntos que focalizan nuestros objetivos. Todo ello está correctamente modelado. Las figuras humanas, tanto enemigos como compañeros de aventura, también se encuentran dentro de la calidad exigida, y sus movimientos son precisos y acordes la situación. Nada de correr como pollos descabezados, sino que se centrarán en los objetivos a medida que vayan apareciendo generando múltiples tiroteos y escenas de combate. Y como no existe nada perfecto en la ‘viña del señor’ diremos que el motor gráfico no rinde con la suavidad que desearíamos. Los vastos parajes que se han de modelar en cada decorado le quedan demasiado largos al ‘engine’ gráfico generando efecto ‘popping’ en prácticamente todos ellos. Es una lástima ver aparecer de repente el resto del escenario, de entre un efecto niebla, por otro lado bien generado, a medida que nos vamos aproximado. Como decimos este efecto se repite con demasiada frecuencia y es raro moverse por algún área que no sufra este problema. Los efectos visuales muestran toda la crudeza y terror de la guerra. Aviso para padres y tutores de menores, la catalogación de 18+ no es gratuita. Sangre a raudales, las trampas vietnamitas en las que un paso en falso nos dejarán ensartados de cuerpo entero son reproducidas con macabra realidad, los impactos de artillería pesada nos dejarán desmembrados sin miramiento alguno y un tiro a bocajarro a la cabeza hará que nuestros sesos o los del enemigo se esparzan por la tierra. Estos son algunos de los ejemplos con los que el juego nos ‘deleita’. No es el juego más violento que hemos visto ni mucho menos, pero repetimos que no es apto para todos los públicos. Por otro lado la trama se va desarrollando con vídeos animados introductorios que nos permitirán hacernos una idea de los que nos espera en la siguiente misión. En ellos se mostrará el progreso de la guerra así como nuestros próximos objetivos. Bien estructurados, y con la cortesía por parte de los programadores (esto no lo podemos decir de todos los títulos) de poder saltárnoslos pulsando una tecla si así lo deseamos. Dentro de cada misión iremos pasando por puntos de control y si nos matan antes de haber logrado los objetivos, podremos continuar la partida en el último punto de control alcanzado. Eso sí, si no somos capaces de completar con éxito la misión al completo y apagamos la consola, tendremos que comenzar de nuevo dicha misión, puesto que solo es posible grabar en el ‘Memory Stick’ nuestro progreso al final de cada una. Así pues, el poder saltar las secuencias animadas cuando tenemos que repetir en numerosas ocasiones partes del juego, es un acierto tan fácil de solventar que no dejamos de sorprendernos cada vez que nos encontramos con un juego que nos obliga a ver una y otra vez los mismo vídeos como castigo. En general las misiones son largas y un jugador de nivel medio se verá obligado a repetir partes en numerosas ocasiones para lograr completarlas.

Y llegamos a la parte que más nos ha gustado del juego, su sonido, con su excelente banda sonora como abanderada. No sería difícil efectuar una selección de grandes canciones e incluirlas en la banda sonora de cualquier juego. El problema está en encajarlas en el contexto sin que parezca que se han metido a 'calzador'. Y claro, en esto quien se lleva la palma, es un juego que se desarrolla en plena década de los 60, donde los mejores grupos y solistas de la historia del rock and roll demostraban su talento y exitosa productividad. Nada más comenzar el juego el magnífico ‘Who do you love’ nos acompañará durante la navegación por el menú de opciones. Ya en el campamento base se emite constantemente por la megafonía instalada, el característico programa de radio con los grandes temas del momento. Muy buena la locución (traducida al castellano), al más puro estilo ‘Good Morning Vietnam’, en la que el DJ emite felicitaciones y mensajes de aliento a las tropas, amenizándoles tan aterradora estancia lejos de casa, con fantásticos cortes de los LP’s de la época. Percy Sledge, Roy Orbison, The Monkees... son algunos ejemplos del elenco de artistas que tendremos la ocasión de oír. No estaría mal que el propio juego incluyera una opción para poder escuchar los temas incluidos en la BSO aún cuando no queremos jugar una partida, que al precio que están los juegos de PS2 esto no es mucho pedir. Y en lo que a efectos sonoros se refiere, éstos se comportan como cabría esperar. Explosiones, disparos, tiroteos, ruido de helicópteros y aviones, sonido ambiente, etcétera, reproducen el clima bélico en el que se despliega la acción, con acertadas exclamaciones de los personajes propias del infierno en el que se encuentran metidos.

En síntesis,  Shellshock: Nam '67 no pasará a la historia por dejarnos con la boca abierta con cosas que no hayamos visto ya en el mundillo de los videojuegos. A estas alturas, y con la manida guerra de Vietnam como tema de fondo, difícilmente podríamos esperar alguna originalidad que nos sorprendiera en exceso. Con un motor gráfico un tanto renqueante y con el handicap negativo de la no inclusión de opciones multijugador como puntos flacos. Pero en contraposición un gran acabado gráfico y sonoro, una magnífica banda sonora que se acopla a la perfección en la temática del juego y una jugabilidad que está dentro de lo esperado en los juegos de guerra, representa una buena opción para los asiduos del género.

Así pues tras el breve descanso estival, empezamos fuerte el nuevo curso. Es hora de enfundarse la indumentaria militar, seleccionar bien nuestras armas, intentar lograr con éxito todos los objetivos encomendados y sobre todo luchar por nuestra propia supervivencia. La tarea no es fácil, una de las guerras más sucias de la era reciente nos espera con todo su crueldad y falta de escrúpulos. ¿Seremos capaces regresar vivos a casa?


Puntuaciones

Gráficos: 7.5

Sonido: 9.0

Jugabilidad: 7.5

Duración: 8.0

Multijugador: 0.0

Historia: 7.5

TOTAL: 8.0

Caratula

Shellshock: Nam 67

Ficha
Noticias
Avance
Revisión (8.0)
Imágenes
Trucos


Juego Destacado


Juego Destacado


Juego Destacado


Juego Destacado


Juego Destacado


Galería de Imágenes