Si hay un juego al que Nintendo le deba algo, ése es Nintendogs. Con una premisa muy sencilla y explotada hasta la saciedad, el juego de los perros consiguió que Nintendo DS pasara de ser una consola muy vendida a ser la consola más vendida de la historia. No cabe ninguna duda de que Nintendogs permitió que el gran público descubriera la por entonces novedosa portátil de Nintendo. Pero hay que reconocer que, a pesar de recoger una vieja fórmula, Nintendo supo hacer de Nintendogs un juego de una calidad abrumadora. El realismo de los animales y la utilización de todas las nuevas funcionalidades de la consola (pantalla táctil, comunicación inalámbrica y micrófono) consiguieron crear un producto redondo.
Es por esto que las mascotas virtuales de la compañía japonesa no han querido perderse el lanzamiento de la nueva consola y estarán presentes, en tres versiones diferentes (Bulldog Francés, Caniche Toy y Golden Retriever), desde el mismo día en que Nintendo 3DS se ponga a la venta. Pero en esta ocasión no vienen solos. Tal y como se podía esperar, los perros vienen acompañados de una serie de lindos gatitos que nos demostrarán que ambas especies pueden convivir en paz. Quienes hayan leído la sección de Iwata Pregunta relativa a Nintendogs + cats, sabrán que no se trata de un simple extra. A pesar de que los gatos no son el plato principal de estas ediciones, han sido programados a conciencia para que sus movimientos, al igual que el de los perros, sean lo más realistas posibles. Es por esto que ahora las habitaciones cuentan con diferentes niveles de altura (a los gatos les gusta encaramarse a cosas) y nuevos juguetes.
El apartado técnico sigue siendo un referente en esta nueva entrega y los perros y los gatos son mucho más realistas que en el original. Dos de los detalles que más llaman la atención es que ahora tendrán pelo (técnica de fur-shading) y los ojos se han programado para que se muevan y sigan al jugador. Y es que en Nintendogs + cats se ha vuelto a dar mucha importancia a las posibilidades de la consola. Si en el original podíamos hacer que nuestra mascota reconociese nuestra voz, ahora serán capaces de reconocer nuestras caras gracias a la cámara interior de la consola. Nuevamente, los perros y los gatos reaccionarán de formas diferentes dependiendo de quién esté ante ellos.
Jugablemente el sistema será similar, incluso se ha mantenido el Modo Ladrido (Tag Mode), aunque expandido gracias a las propiedades del StreetPass. También podremos utilizar a nuestros Miis para que nos representen en el juego cuando saquemos a nuestras mascotas de paseo. El efecto 3D es bueno, aunque no es de los más destacables que hemos visto debido a la sencillez y la poca importancia de los escenarios. Los animales son representados con absoluta fidelidad y podemos verlos como si estuviéramos a través de un cristal. No obstante, es el único juego, junto con Kid Icarus: Uprising, que ha conseguido dar la sensación de que los elementos sobresalían hacia nosotros.
Sólo con la demo no hemos sido capaces de descubrir cuándo basta es esta nueva entrega de Nintendogs, pero creemos que apenas supondrá una gran novedad con respecto a la primera entrega. Aunque, todo hay que decirlo, la evolución de todos sus apartados gracias a las nuevas características de Nintendo 3DS lo convierten en un indispensable para todos aquellos que disfrutaran con el original.
