Puede parecer un objetivo algo difuso, de hecho, acostumbrado al avance “automático” de era en base al nivel tecnológico de Civilization, reconozco que las primeras partidas fueron relativamente lentas para mí. Pero una vez te pones el chip, el juego acaba transformándose, provocando que lo vayamos enfocando según nuestra forma de jugar e intereses. Y reconozco que me resulta más interesante conseguir avance en el juego gracias a mis esfuerzos diplomáticos con pequeñas victorias turno a turno, que sólo trabajar en una meta a largo plazo en forma de victoria diplomática o cultural.
El título también esconde montones de detalles que lo van separando cada vez más de Civilization, y en mi opinión, pocos cambios hay que no hagan realmente mejor al juego. Por ejemplo, el juego adopta el mapeado hexagonal de los últimos juegos de Firaxis, pero a diferencia de ellos, si que nos permitirá “apilar” unidades militares una sobre otra, aunque con cierto límite. Según nuestro nivel tecnológico, podremos realizar combates con más o menos unidades de una sola tacada. El combate, por cierto, no es simplemente estadístico, teniendo un cierto componente táctico que es lo suficiente como para que sea interesante, pero no llega a ser tan detallado ni denso como otras opciones que se han decantado por mezclar los géneros de la estrategia por turnos y tiempo real en uno sólo. Cuando empiece una batalla en Humankind, tendremos una fase de despliegue en la que colocaremos en las casillas de alrededor del conflicto a nuestro ejército, haciendo el enemigo lo mismo, combatiendo después turno a turno contra todas las unidades hasta que se acabe la cantidad de acciones disponibles por turno, todas las unidades de un bando caigan, o consigamos capturar la bandera enemiga. Igualmente podremos omitir la refriega haciendo un cálculo estadístico del combate, por lo que si queremos, no tenemos por qué jugar estos combates en ningún momento.
Mapeados amplios y detallados
A nivel visual, hay que reconocer que este tipo de juegos no suelen ser especialmente agraciados en cuestión gráfica, ya que siempre parece que es más sencillo destacar por llenar un pasillo de gravilla y restos de muro en un Gears of War, que ofrecer el detalle de algo tan complejo como el mundo. Pero reconozco que Humankind se ve bien, y es bonito. Con un estilo que huye del hiperrealismo, pero que evita caer en la caricatura, podremos ver con todo lujo de detalles el avance de nuestro imperio, incluyendo las maravillas, tanto naturales como hechas por el hombre, que iremos encontrando o construyendo conforme avancemos en nuestra partida.
El título también recuerda mucho a Civilization IV en su banda sonora, instrumental con sonidos étnicos que acaba resultando ser un curioso mejunje de melodías relativamente conocidas, como las clásicas Mangas Verdes y otras canciones tradicionales, y también en el uso de un narrador que, si bien no llega a ser tan potente como la voz del lamentablemente fallecido Leonard Nimoy, apunta maneras. Sin embargo, espero que con el paso del tiempo, si acaban sacando alguna ampliación para Humankind, se planteen el incluir más de una frase del narrador para ciertas situaciones, como el volver a empezar una edad con la misma “cultura” seleccionada, o que el señor sea más lacónico a la hora de repetirnos una y otra vez como de extremistas o balanceados somos con nuestras políticas sociales.
Conclusiones
Humankind nos parecerá una copia más de Civilization en un primer momento, pero conforme vayamos avanzando en la partida, hora tras hora y turno tras turno, iremos aprendiendo las sutiles pero decisivas diferencias que tiene con el juego de Firaxis. Para cuando hayamos terminado nuestra primera partida, lo típico de unas seis u ocho horas, seguramente nos quedemos con la sensación de que podríamos haberlo hecho mejor. En la segunda partida ahondaremos más en su jugabilidad orientada a objetivos, y para la tercera, creo que no podréis evitar plantearos “¿por qué Civilization no es así?”
