La temática permite introducirnos en la piel de un dirigente totalmente personalizado a nuestro antojo. La creación de este avatar es una de las principales novedades del juego. Tendremos a nuestra disposición un gran número de aspectos a personalizar, incluyendo su aspecto fÃsico, ideas polÃticas e incluso personalidad. Estas caracterÃsticas iniciales marcaran de forma significativa el estilo de gobierno que el jugador desarrollará a lo largo de la partida. Cada uno de los rasgos de personalidad conllevará una serie de ventajas y penalizaciones que tienen más importancia de la que en un principio puedan aparentar. Tendremos la oportunidad de mover realmente a nuestro presidente a lo largo del escenario, influyendo en ciertos aspectos de la vida cotidiana de los ciudadanos, aunque esta influencia termina resultando más anecdótica que otra cosa.
El aspecto social del juego es sin duda el más importante. Debemos esforzarnos para intentar contentar las demandas de todos y cada uno de los sectores de la población isleña. Desgraciadamente, tal y como ocurre en cualquier nación en la realidad, esto resultará bastante difÃcil. Cada uno de estos sectores mirará siempre por sus propios intereses y resultará imposible no encontrarse con alguna situación en la que debemos decantarnos por unos o por otros. Grupos polÃticos como comunistas y capitalistas o los siempre presentes grupos religiosos nos pondrán las cosas difÃciles a la hora de tomar decisiones.
La gestión urbanÃstica resulta otro punto clave. Si dedicamos la mayorÃa de los terrenos al cultivo tendremos una población bien alimentada y un buen poder de exportación. El turismo resulta otra oportunidad para obtener grandes sumas de dinero, a expensas de llevar una polÃtica de urbanismo más agresiva y que no hará ninguna gracia a nuestros socios comunistas. La gestión de fábricas para la exportación de productos manufacturados hará aumentar de la misma manera el capital obtenido gracias a la exportación, aunque sacrificando la calidad del medio ambiente por el camino. Como podemos ver, todo dependerá de la clase de rol que el jugador quiera desempeñar como máxima autoridad de la isla.