InFamous

Dominando la electricidad.
De una manera tan contundente como con la afirmación "todo es explorable" se podría resumir la sensación de total movilidad de la que disponemos.
Los edificios, puentes, farolas, vías de tren, torres eléctricas, cables de tensión etc. son utilizables para alcanzar nuestro destino sirviéndonos primeramente de nuestra sobrehumana agilidad para escalar o saltar distancias imposibles y, a medida que aumentemos nuestro repertorio de poderes, acelerar nuestros desplazamientos, levitar y deslizarnos a la velocidad del rayo.
La manera en la que han sido concebidos los controles permite acostumbrarse rápidamente al manejo de las acciones de desplazamiento del personaje así como al de sus superpoderes con tan solo combinar unos pocos botones de una manera lógica y versátil.
El movimiento entre plataformas se efectúa de una manera muy suave gracias a la leve ingravidez de Cole y a las ayudas al agarre con las que cuenta el control, de tal manera que la cercanía de un elemento provocara que nos agarremos automáticamente a el.
Esto supone una gran ventaja para la mayoría de los movimientos pero en ocasiones provocara que nos enganchemos a elementos que no deseamos o que no lo hagamos a los que sí, especialmente en desplazamientos cortos y precisos que tendremos que afrontar con mayor paciencia.

La libertad prima desde el primer minuto de juego; algo realmente arriesgado de cara a la concepción del título, puesto que la continuidad argumental podría verse distorsionada si no fuera por la configuración modular de las misiones y la aparición ordenada de las mismas en el GPS que nos marca su acceso. Además la curva de dificultad creciente viene dada por la clase de tropas enemigas que encontramos en cada isla, con sus correspondientes armas e inteligencia para generar amenazas, por lo que la diversión nunca se ve mermada por múltiples y frustrantes muertes.
El único límite lo ponen las zonas cubiertas por agua, ríos y costas que forman las islas. Nuestra nueva naturaleza a medio camino entre humano y batería con patas, supone un problema si como es habitual en estas fechas nos entran ganas de dar un chapuzón.

Al derrotar a cada enemigo se nos incentiva con puntos de experiencia canjeables por poderes que cuentan con distintos niveles de potencia. Estos, inicialmente bloqueados, serán accesibles a medida que aumentemos nuestro medidor de reputación héroe/villano, diferenciándose unos de otros por la naturaleza depurada y selectiva de los primeros y destructiva e incontrolada de los segundos. Una vez más, la elección de nuestro papel en el destino de la ciudad influirá en la manera de interactuar con la misma.

Otras habilidades tendrán una importancia especial en la propia historia y se nos otorgaran independiente te del rol elegido.
Su aparición se dará en el momento en el que recuperemos la energía eléctrica de ciertas zonas de la urbe y nos veamos convertidos en un enorme conector humano por los átomos del cual nos llegaran los nuevos conocimientos del medio.
Unos ejemplos son los rayos dirigidos, las granadas de tensión, la onda voltaica, explosión de sobrecarga, caída de trueno…
La cantidad de ataques y habilidades que aprendamos nos permitirán adaptar nuestra técnica a cada situación, donde el componente estratégico cobra una especial importancia de cara a la supervivencia de Coles.

Héroe sí, pero no inmortal. En los primeros compases de juego aprenderemos que pese a las grandes posibilidades que atesoramos, nuestro protagonista es relativamente frágil. A menudo los enemigos nos superan en número y rara vez fallaran sus ataques, obligándonos a jugar con el entorno tanto como cobertura como de ventaja en el ataque, tomando una posición elevada o cercana a fuentes de energía con las que recuperarnos y desatar toda nuestra ira sin miedo a quedarnos sin "batería".

Cabe mencionar que el juego cuenta con tres niveles de dificultad con el fin de ajustarlo a las exigencias de cualquier jugador.