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La historia de Crisis Core nos sitúa unos años antes de los hechos acaecidos durante el Final Fantasy VII original. Nos ponemos en la piel de Zack Fair, miembro del cuerpo SOLDADO de Shinra, de rango 2º clase pero que aspira a convertirse pronto en un 1ª clase. Extrovertido, atrevido y lanzado siempre hacia la batalla, Zack es un guerrero formidable, pero también una persona de noble corazón. Su mentor, Angeal, rígido con su código de honor, es íntimo amigo del héroe Sephiroth y del extraño y poético Génesis. Este trío pintoresco configura la flor y nata de Shinra, el orgullo de Soldado. Pero todo cambia con la deserción de Génesis y la desaparición de Angeal. ¿Una traición a gran escala? Lo mejor será que lo descubras por ti mismo
La historia, en líneas generales, conecta adecuadamente con los eventos narrados en el juego original. Sin embargo, los desarrolladores no han podido borrar las huellas de alguna que otra incongruencia, motivada por la invención de personajes como Génesis, inexistentes en Final Fantasy VII. Se podían haber limado esas asperezas, puesto que algunas cosas entran en fragrante contradicción, como diría el amigo Phoenix Wright.
GRÁFICOS
Crisis Core entra directamente como uno de los mejores juegos gráficamente hablando del catálogo de Play Station Portable. Empezamos por los personajes, sólidos y muy bien diseñados. La mano maestra de Tetsuya Nomura, autor también de Final Fantasy VII y de la película, se percibe en todos los diseños. Especialmente consistentes son los de los personajes principales. Los conocidos, como Sephiroth o Aeris comparten diseño con los ya vistos en Final Fantasy VII: Advent Children. Los nuevos, como por ejemplo Génesis, están tan trabajados como los principales. Por el contrario, la gente que puebla las calles de Midgar y alrededores peca de simple, no tanto por el modelado en sí, sino porque se repiten una y otra vez, hasta el punto de que veremos prácticamente dos o tres pares de personas; soldado, mujer/hombre con pinta de ejecutiva/o, mujer/hombre vestida/o "de calle", niño estándar, niña estándar, etcétera. Las animaciones, por su parte, son de gran calidad, siendo éstas muy fluidas y naturales.
Los escenarios rinden también a buen nivel, pero aquí ya nos encontramos con un par de "peros"; todos los lugares han sido recreados fielmente y es interesante regresar a localizaciones tan carismáticas como Nibelheim, Midgar o los reactores Mako. El problema principal es que éstos están muy vacíos, no hay ninguna sensación de vida y la interactividad es nula; no puedes entrar en casas (salvo algún caso esencial para el desarrollo de la historia), apenas hay gente con los que hablar ni cosas por hacer, excepto avanzar y pelear. Durante el combate, la acción transcurre en los mismos escenarios, manteniendo la misma calidad. Los efectos de luces, y animaciones de combate cumplen de sobremanera.
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