|
Más aburrido que la pana
Grim Grimoire encierra uno de los sistemas de juego más extraños e inadecuados que hemos podido ver en PlayStation 2. Si bien la base es la de un juego de estrategia en tiempo real (de entrada perfecto para PCs y bastante hostil para consolas) con recogida de recursos, gestión de tropas, evolución de artefactos, etcétera. Encontramos también pequeñas pinceladas de rol, que en suma consiguen que este título se convierta en un auténtico caos con uno de los tutoriales más largos y tediosos que recordamos en la historia del videojuego (si es que hay de eso). El desarrollo del juego es demasiado simple y termina aburriendo: No hay pueblos, ni ciudades, simplemente cuadros de diálogo que narran una historia y, posteriormente, una zona donde se desarrolla la batalla. Punto y pelota por casi 50 euros. Por si fuera poco el juego nos llega totalmente en inglés.
En cuanto al apartado jugable, primero deberemos pasar por monótonas secuencias de diálogos en las que se nos muestran dos personajes materializados en dibujos de estilo manga y prácticamente inanimados (aunque bien diseñados, eso sí). El problema es que generalmente estas secuencias son demasiado largas y aburridas, en ocasiones su duración es mayor a la fase de juego posterior. Después de esto, comienza el juego en sí, siempre en la misma sala cerrada de varios pisos conectados por escaleras. La cámara está situada siempre de frente sin posibilidad de moverla más que en un “scroll”. Todo gira en torno a la creación de elementos gracias a los grimorios, unos libros de hasta cuatro tipos (Nigromancia, Glamour, Hechicería y Alquimia), cada uno con sus criaturas, tropas, etcétera. Disponemos de un objeto común mediante el cual podemos evolucionar a nuestros aliados y que puede subir de nivel utilizando maná. Del mismo modo, hay varias tropas simples que son las encargadas de recoger el maná para hacer subir el total disponible. Esto lo hacen a través de un cristal de maná, como es obvio. Con el maná, podemos crear criaturas para luego enviarlas al combate contra las tropas enemigas. Y ya está. Imaginaos un Command and Conquer en 2D con vista lateral, controlado con el mando de PS2 y siempre en el mismo escenario. Horror.
La historia se divide en unas 25 misiones, a las que luego se les añaden algunas extras. Cada nivel puede jugarse en tres niveles de dificultad diferentes, obteniendo premios según en cuales lo superemos. Si descontamos el tiempo propio de las secuencias de diálogos el juego se nos queda en nada.
|
|
|
