Mario Party 8

Apartado técnico.
Gráficamente el juego ha sido decepcionante porque parece que nos encontramos ante un juego de Game Cube o lo que es lo mismo, de generación anterior. Gráficos coloristas, con buenas animaciones y texturas tanto en escenarios como en los personajes. Además no dispone de formato panorámico 16:9, el menú sí, pero al empezar una partida nos saldrán unos bordes a ambos lados de pantalla para rellenarla, lo peor es que si utilizamos la retrocompatibilidad y ponemos por ejemplo Mario Party 7 de GC, se nos ve perfectamente en 16:9, la pregunta es porque no han hecho lo mismo con la edición de Wii.

Lo que embarca al sonido tampoco encontramos novedad alguna. Melodías en los menús de estilo circense o ferial. En los tableros, dependerá de la temática del mismo, así sonará una u otra. Los efectos de sonidos como novedad es gracias al altavoz de Wii que nos avisará cuando sea nuestro turno de tirar, por lo demás será lo visto en ediciones anteriores, al igual que las voces de los personajes, alguna palabra suelta o frase corta pero nada más.

La duración de este título es incalculable, todo dependerá del uso que le demos, cuanto tiempo juguemos con él, pero si lo utilizamos como multijugador en todos los modos de juego que nos encontramos, sin duda será infinito. Aunque si por el contrario jugamos nosotros solos posiblemente no lo lleguemos a utilizar mucho porque puede llegarnos a resultar repetitivo y algo cansino después de unas pocas partidas en el modo historia.

Jugabilidad no le falta y ahora mucho menos con Wii y su control tan especial. El juego está completamente adaptado para se controlado por el Wiimote, sin la necesidad de utilizar el Nunchako excepto por un par de juego completamente prescindibles y que no afectan a la dinámica del mismo. A la hora de jugar nos encontramos con diferentes clases de minijuegos, explicados perfectamente por un pequeño tutorial de manejo antes de comenzar y con la opción de hacer una prueba del mismo si se precisa. El mando lo tendremos que coger apuntando directamente a la pantalla o por el contrario de forma horizontal, aunque también utilizaremos en más de una ocasión la inclinación, indiferentemente de como lo sujetemos. Seguramente, gracias a la diversidad de juegos algunos nos resultarán más fáciles que otros o nos llamen más la atención, pero no por ello dejan de ser divertidos.