Se echan
en falta algún tipo de misión u objetivo principal como hemos tenido
anteriores entregas de SimCity. Aquí habrá como pequeñas misiones según
vamos progresando en la ciudad pero serán siempre las mismas. Éstas
pueden venir por parte de los ciudadanos para proponerte un reto de
recoger cierto número de cubos de basura en un día, o que determinado
número de personas visiten los parques de la ciudad entre otras
variaciones. También habrá más concretas, referentes al tipo de
especialización que tenga nuestra ciudad y del que ya hablamos
anteriormente. Hubiera sido de agradecer más variación en éstas y la
implementación de verdaderos retos, como retomar una ciudad en
bancarrota, llevarla al nivel máximo de una especialización, tener
determinado número de habitantes entre otras, con ello su duración e
incluso “dificultad” habrían mejorado notablemente.
Los desastres
no podían faltar. De hecho es de esas opciones que sabemos que causará
el caos en la ciudad y por consecuente problemas temporales para nuestro
desarrollo, pero estamos deseando que sucedan o directamente
provocarlos nosotros. En esta ocasión, salvo que estemos en modo libre,
estarán bloqueados y la manera de obtenerlos será desbloqueando
previamente un logro concreto. Una vez hecho lo podremos usar a nuestro
antojo, aunque también puede producirse de forma esporádica. Alguno de
los ejemplos que tendremos serán los clásicos tornados, terremotos,
hasta lluvia de meteoritos, ataques alienígenas o incluso un dinosaurio
sin olvidar una plaga de zombis.
Multijugador forzado
Según
la propia Maxis, SimCity ha sido diseñado como un juego social y
multijugador. Este aspecto es para ello la insignia de esta nueva
franquicia, pero de verdad es el camino más apropiado... creemos que no.
Siempre es de agradecer que los títulos incorporen estas opciones, pero
siempre y cuando sean opcionales. De hecho, la franquicia de Los Sims
estuvo a punto de tener su propio juego de esta manera, pero finalmente
no vio la luz, aun así sí que en Los Sims 3 se han implementado estas
opciones, ya sea dentro del propio juego como la conexión con las redes
sociales para compartir nuestro progresos o el intercambio de objetos,
personajes y otra serie de elementos.
Aquí no sucede lo mismo, de
hecho nada más arrancar el juego habrá que seleccionar un servidor,
pero cuidado, porque si cada vez nos conectamos a uno diferente,
nuestros progresos de las partidas guardadas irán independientes y no de
manera global como sería lo más lógico. Una vez dentro habrá dos
posibilidades principales, unirnos a una partida creada por otro jugador
o crear la nuestra propia. Si elegimos la primera opción, veremos los
jugadores que ya participan y las mini ciudades que tienen, luego
nosotros deberos de escoger una de las localizaciones que queden
disponibles. Puede ser que la tengamos que empezar desde cero o que
algún jugador previamente hubiera realizado algún avance pero la
abandonó, así que nosotros tomaríamos el relevo.
La segunda
opción disponible era la creación de nuestra propia región, una vez
bautizada habrá que seleccionar el terreno y la extensión. Hay diversos
tipos en cuanto a número de ciudades siendo la mínima de tres y la
máxima de dieciséis al mismo tiempo que el relieve, es decir, más llano,
montañoso, con parte marítima o del interior, en dos alturas,
conexiones por medio de carretera con o sin ferrocarril entre otras
variaciones. La extensión también afectará al número de grandes obras
que se pueden construir. Por último nos quedará elegir entre si la
queremos pública para que cualquier jugador de ese servidor se una, o
por el contrario privada para hacernos cargo nosotros de todo o con la
ayuda de amigos mediante invitación. Opcional quedará seleccionar modo
normal o libre, siendo este último más fácil ya que se nos desbloqueará
todo desde un principio sin tener que progresar para conseguirlo, además
de desactivar logros, puntuaciones y otras características.