The Elder Scrolls V: Skyrim

DESTRIPANDO EL JUEGO

La magia de este juego y lo que lo hace tan atractivo a la hora de jugar, es su naturalidad, su capacidad de parecer en todo momento real, como si efectivamente estuviéramos en un mundo mágico de dragones y mazmorras extinto hace miles de años. Un mundo en el que sus gentes residen en grandes ciudades o en pequeños pueblos, donde por su puesto viven una vida normal, con sus rutinas y quehaceres, levantándose para trabajar e incluso recogiéndose por la noche para ir a dormir. Cada uno tendrá su trabajo específico, ofreciéndonos uno u otro servicios, por ejemplo siempre podremos acudir a la posada de turno a tomarnos algo o a descansar en una de sus  habitaciones, o acudir al herrero en busca de armas o armaduras, todo tan cotidiano que por momentos resultara difícil distinguir la realidad de la ficción.

A tal punto llega esta libertad de acción que no solo con los propios personajes secundarios podremos interactuar, también con la infinidad de objetos que encontraremos a lo largo y ancho del escenario, tales como plantas, animales, minerales, brebajes u otros objetos manufacturados que nos encontremos. Podremos acarrear con prácticamente lo que queramos, luego esta en nuestra mano si a estos objetos le queremos dar una utilidad o no, pudiendo mezclándolos entre si para realizar pociones, para incluso encantar nuestras armas y armaduras con diferentes bonificaciones, o para simplemente vender en la pertinente tienda o puesto de ciudad y sacarnos un dinero, casi todo esta permitido, la única pega en este sentido que hemos podido observar es la indestructibilidad de la gran mayoría de elementos decorativos en el escenario, los cuales prácticamente serán en su mayoría inamovibles o indestructibles, una situación esta que le resta una pizca de realismo al computo general del juego.

En lo tocante a sus bastos escenarios, simplemente reseñar que por momentos nos resultaran espectaculares. No nos limitaremos simplemente a deambular de un lado para otro encaminados al punto de interés en el mapa sin pena ni gloria, donde realizar el encargo o misión pertinente, en el trayecto podremos explorar cuevas, minas, torreones, castillos, lugares mágicos subterráneos en busca de objetos de valor o mágicos. Muchos de estos sitios se encontrarán enclavados en escarpadas y peligrosas montañas, en donde una caída puede ser fatal, lo que puede llevar al traste todo lo realizado hasta el momento o escondidos en densos bosques, hasta en el mar podremos visitar barcos vikingos hundidos. Es tanta la variedad y la cantidad de enclaves por descubrir que por momentos resultara una campaña abrumadora y difícil de cumplir.

Indicar a su vez que no todo será un camino de rosas, cuando nos encontremos a cielo descubierto deberemos de protegernos de innumerables ataques, tanto de las fieras salvajes, osos, lobos, e incluso mamuts, de criaturas mitológicas que también pueblan sus valles como pudieran ser orcos, gigantes, trolls, y un largo etcétera y por último de bandidos o asaltantes que quieran acabar con nuestra vida para robarnos. Para darle un mayor realismo y ambientación a estos escenarios se han introducido en estos parajes sus animales silvestres correspondientes, conejos, zorros, alces, una rica fauna que ameniza visualmente cada trayecto. La IA de los enemigos no será precisamente brillante, en más de una ocasión seremos vencidos más bien por el número de enemigos en pantalla o la contundencia en sus ataques, que por su estrategia, la cual ya decimos que será prácticamente nula.

Si lo hemos pasado mal en el trayecto, que diremos una vez dentro de la mazmorra o cueva correspondientes. Aquí podremos encontrarnos con criaturas mas espectaculares aun a las vistas en los exteriores, seres que no dudaran han utilizar toda su fuerza y contundencia físicas, o de sus poderes elementales y mágicos para hacernos hincar las rodillas. Para poder hacerles frente dispondremos de innumerables armas, todas ellas diferentes entre si y con sus características propias, incluso mágicas. Armas cuerpo a cuerpo, a distancia, mágicas, un sinfín de objetos que no nos llevaran a otra cosa que a querer conseguir el arma más poderosa y rara que pueda hallarse escondida en el sitio menos inesperado.