Hacía mucho pero que mucho tiempo que no teníamos el placer de analizar un
juego de estas características, original, sencillo, divertido, creativo,
rodeados por una ingente cantidad de juegos en los que a no ser que tengamos un
potente máquina no seremos capaces de ver ni los créditos iniciales. No siempre
unos gráficos espectaculares y una historia valedera para un “Oscar” han de
significar un éxito en ventas (aunque ayuda claro está), juegos como el que
tenemos entre manos pueden competir con estos monstruos sin despeinarse, gracias
sobre todo a su original concepción y su divertidísima y entretenida
jugabilidad.
En una primera impresión inicial errónea más de uno pensara que este es un
juego para críos, ese aire desenfadado, ese aspecto infantil y además para colmo
que es eso de un rotulador para dibujar en pantalla…¿que estamos en preescolar?
A los pocos minutos de juego ya veremos que no, puesto que el juego en cuestión
requerirá de un nivel de raciocinio e ingenio para superar todos los obstáculos
que se irán presentando en pantalla muy alejado a la que podría tener un
infante, sudaremos tinta en algunos tramos finales de esta maravillosa aventura
para poder completarla y ya decimos esta será una empresa sumamente
divertida.
EL JUEGO EN SÍ
Nada mas encender nuestro ordenador y arrancar el video juego, juego que como
novedosa actualidad podremos directamente descargar e instalar en nuestro
portátil o sobremesa desde la pagina Gamersgate.com, una genial idea que evitará el traslado al
puesto de venta de marras, con el inconveniente que ello puede suponer, y que
por su puesto abaratara costes repercutiendo en el precio final de más de un
titulo interesante; dicho esto al arrancar el juego veremos que la historia es
tremendamente sencilla, un niño que recibe un regalo muy especial un bolígrafo
un tanto particular que hace real todo aquello que su portador dibuja, con esta
máxima que mejor idea que dibujarnos a nosotros mismos (piensa el chico) y ser
participes de nuestra propia aventura.
Aquí arranca esta estupenda idea que como vemos ya en la introducción inicial
es muy simple. La finalidad no es otra que ir superando diferentes pantallas en
plan plataforma pura y dura, pero con una ayuda un tanto simpática, nuestra
propia creatividad. Que ante nosotros se muestra un muro insalvable, nada más
sencillo que dibujar una escalera y superarlo limpiamente sin más quebradero de
cabeza, que llueven objetos peligros sobre nuestra cabeza en un tramo concreto
en pantalla, pues nada más sencillo que dibujarnos un arco protector sobre
nuestro personaje y listo; diferentes y simples figuras geométricas que nos
sacarán de más de un apuro y que no requieren que seamos aquí ningún Picasso o
Miguel Ángel a la hora de dibujarlos.
¿Pero son estas figuras y dibujos infinitos? Claro que no, para empezar
deberemos disponer como es lógico de tinta para nuestro rotulador naranja, tinta
que estará repartida a lo largo de las distintas pantallas y niveles que forman
esta aventura, de un total de 15, en forma de esferas de color naranja que
tendremos que coger para su recarga. Mencionar que nunca lograremos llenar
enteramente nuestro bolígrafo ya que cada vez que pasemos por un punto de
control y guardado nuestro malvado enemigo aspirará gran parte o toda la tinta
que poseamos hasta ese punto.