Ya hemos hablado alguna vez de la llegada a Switch de juegos venidos del mundo de los smartphones y las tablets. No es Switch la única, pero quizás sí sea la más criticada por ello. Es entendible la reticencia de los jugadores más dedicados, pero difícilmente justificable, al menos de forma generalizada. En esta ocasión es la francesa Microïds quien nos trae, después de introducir la saga Syberia en la híbrida de Nintendo, un título venido del mundo de los dispositivos móviles.
De micropagos a Premium
Originalmente lanzado como un juego basado en micropagos, Gear.Club Unlimited llega en exclusiva para Switch en su versión Premium, esto es, con todos los contenidos accesibles sin tener que realizar ningún pago adicional. Aun así no consigue erradicar del todo esa gestión y los interfaces propios del sistema free2play, así como algunas decisiones de menús inspiradas en el mundo táctil (la gestión del taller, por ejemplo) que no terminan de cuajar cuando juegas con sticks, volviéndolo todo menos grácil e intuitivo.
Dejando a un lado sus raíces, Gear.Club toma la estética de los grandes simuladores de carreras del mercado (ninguno de ellos en Nintendo Switch) incluyendo la presencia de coches de las grandes marcas de la velocidad, aunque su jugabilidad gira hacia una vertiente arcade. Los más puristas del género suelen utilizar esto como una crítica, pero lo cierto es que es un género igualmente válido. Esto se traduce en un control mucho más asequible, menos exigente, donde el jugador no necesita engranar las marchas ni hacer una gestión excesiva de la velocidad a la hora de tomar las curvas.
A pesar de ello se incluyen ayudas a las conducción completamente configurables que permiten afinar bastante la exigencia de la conducción. Hay tres tipos diferentes de control, aunque, a pesar de que hay cambios notables, la dificultad no es especialmente elevada en el más difícil y es complicado que el coche se nos vaya en los trazados más exigentes, incluso si no respetamos las recomendaciones de la línea guía. El bajo nivel de dificultad también viene dado por la cuestionable IA de los coches competidores, muy dados a seguir sin cortapisas los dictados del trazado óptimo, siendo bastante fácil (y previsible) adelantarlos. Una vez consigues ocupar la primera plaza es muy difícil perderla. Igualito que en la F1. Arcade también es sinónimo de ausencia de físicas realistas, por lo que los choques, más allá de hacernos perder velocidad, no tendrán ninguna consecuencia en nuestra carrera, posición o rendimiento del vehículo.
Gran maletero
El contenido del juego es abrumador. Muchas de las carreas son demasiado breves, dejando siempre con ganas de más, aunque se compensa de alguna manera con las casi 400 que incluye el juego repartidas en diferentes Gran Premios en un mapeado enorme. Y es que el menú del juego es un gran terreno en el que veremos marcadores donde se celebran las carreras, donde están los concesionarios y los lugares especiales como los talleres o las ligas. Además hay diferentes tipos de carreras. Generalmente competiremos contra otros siete coches en una misma carrera, aunque por momentos también nos enfrentaremos a una crono contra sus fantasmas o incluso participaremos en carreras de rally donde la jugabilidad, aunque similar, ofrece diferencias lo bastante jugosas como para ofrecer algo nuevo al jugador.
