Tiny Brains

A veces un invento resulta no ser una buena idea.

Tiny Brains nace del nuevo estudio Spearhead Games bajo una idea muy atractiva y prometedora, que nos presenta a un científico loco de laboratorio al que le encanta hacer experimentos con diferentes tipos de animales. Así, este macabro doctor creará a una serie de cuatro ratones con diferentes superpoderes que deberán hacer frente a una gran variedad de trampas mientras avanzan por el escenario, que representa la típica historia de los ratones de laboratorio: escapar de la jaula hasta encontrar la salida y/o el queso.

Apartado Técnico

Sus creadores han optado por la tecnología Cel Shading para realizar al apartado gráfico del título, que llama la atención desde los primeros minutos de juego, pues resulta muy vistoso y atrayente, con una muy buena presentación, que se va quedando pequeña literalmente poco a poco debido a la repetitividad de escenarios y la pequeñez de los mismos. Y pese a que el diseño de personajes también destaca, los mismos acaban padeciendo del mismo problema de los escenarios, la cámara está siempre demasiado lejana como para apreciarlos correctamente.

Apartado Sonoro

Sin duda, lo más destacable de este apartado es la continúa voz del científico loco que hablará en la mayoría de los momentos a los Tiny Brains (eso sí, en inglés) y que los acompañará durante su aventura. En cuando al sonido general, destaca la pegadiza música que suena durante la resolución de las salas de los puzles y que cambia según la acción y el tipo de puzle que realicemos. Por último, destacar que el juego ha llegado su btitulado en castellano (con algunos fallos de traducción) y que inexplicablemente no cuenta con subtítulos durante la presentación de cada capítulo de la historia.

Ser un ratón con poderes conlleva una gran responsabilidad

La jugabilidad es sin duda el apartado que más debe satisfacer al jugador de Tiny Brains y para ello Spearhead Games diseño a cuatro ratoncitos con diferentes habilidades para resolver los puzles, que contarán con una única manera de realizarlos o con varias si somos lo suficientemente avispados.  Y es que los ratoncitos nos proponen un control muy simple, compartido, pese a tener habilidades diferentes: posibilidad de saltar, usar cada poder especial, cambiar de ratón con la cruceta (obligatorio para la resolución de puzles si jugamos en solitario) y marcar una flecha en pantalla.

Todo ello resulta muy atractivo durante los primeros minutos de juego, hasta que el jugador se da cuenta de que la temática del mismo y la resolución de puzles se repite una y otra vez constantemente, por lo que las habilidades de los ratoncitos quedan en una anécdota que sorprende solo cuando debemos combinar habilidades por primera vez y que acaba siendo una costumbre, con dificultades abusivas en determinados puntos.