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El modo online cuenta con dos puntos negros. El primero de ellos es que no se incluyen los modificadores disponibles en pantalla partida. De esta forma, se pueden elegir entre 10 tipos diferentes de combate (pistola de oro, individual, por grupos, caja negra...), pero no existe la posibilidad de dotar a las partidas de características personalizadas. La segunda tacha es que la partida se termina bruscamente si se desconecta el anfitrión, dejando colgados al resto de jugadores (hasta un total de 8). Por lo demás, el online funciona perfectamente, sin lag de ningún tipo y con un número significante de modos (aunque 3 de ellos están bloqueados al principio) como para no caer en la monotonía.
También incluye un sistema de puntos de experiencia en el que el jugador recibe puntos por cada pequeña o gran victoria, lo que le permite subir de rango y desbloquear accesorios, armas o nuevos modos de combate. Este sistema está muy bien nivelado, ya que permite ascender a todo tipo de jugadores, desde los noveles hasta los más veteranos, puesto que no es necesario ser el vencedor de una partida para sumar puntos de experiencia. Podrán conseguirse al acertar disparos a la cabeza, al lograr puntos de juego o romper rachas de muertes del contrario, entre otros, todo al estilo de títulos de la serie Call of Duty. A pesar de todo, cuando el jugador va subiendo de nivel, resulta más complicado ascender a los niveles superiores puesto que se van necesitando muchísimos puntos de experiencia.
Muere otro día
Es por esto por lo que la duración de Goldeneye 007 es una de sus mayores bazas. El juego ofrece los suficientes alicientes como para dedicarle unas cuantas decenas de horas. Por si solo, el modo Historia, en la primera partida, puede superar las 10 horas gracias a sus fases de larga duración. Dista mucho de ser el típico modo de juego de usar y tirar para 1 jugador, no solo por la posibilidad de afrontar cada misión de una forma distinta –sigilo, tiroteo, caminos secundarios- sino por los retos que ofrecen los niveles de dificultad más elevados. Además, una vez superada una fase, se desbloquea el modo contrarreloj de la misma. En él deberemos de superar una fase (y los correspondientes objetivos) en un tiempo récord, lo que añade un toque arcade y termina de redondear por completo el modo para un jugador.
Si además nos adentramos en el modo multijugador, ya sea online o a pantalla partida, el número de horas dedicadas al juego crecerá sin que nos demos cuenta. La competitividad entre usuarios no es el único factor que nos incitará a combatir, sino que la ingente cantidad de galardones (logros) hará las delicias de aquellos que busquen un reto extra. Si sumamos los ranking online (con unas estadísticas completísimas en cada uno de los apartados) y las armas y accesorios desbloqueables, estamos ante un juego con suficientes alicientes como para tirarnos muchas semanas pegados a la pantalla.
El mundo nunca es suficiente
No se puede luchar contra los recuerdos y éste Goldeneye 007 no va a poder superar el listón que muchos han creado con el paso del tiempo. No obstante, estamos ante uno de los mejores shooters de Wii y de lo mejor del año, capaz de rivalizar directamente con pesos pesados como Call of Duty Modern Warfare Reflex y Black Ops.
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