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Tenis de Mesa con el Wii-mando
El Ping Pong es un deporte poco pródigo en esto del videojuego. Apenas se recuerdan títulos de este género a excepción de algún proyecto sencillo para teléfonos móviles o webs en formato flash.
La carencia de representantes serios tiene bastante coherencia si lo comparamos con la cantidad y calidad de videojuegos de Tenis. Está claro que si una compañía está dispuesta a gastar recursos y presupuesto en un juego de raqueta, no es extraño que prefieran hacerlo en una modalidad más masiva de cara al éxito comercial (recordemos que las compañías no son el mejor ejemplo de altruismo).
De nuevo dando la nota el pasado año se encontró Rockstar que, lejos de buscar la polémica fácil y volver una y otra vez a acaparar las noticias relacionadas con su salvajismo gratuito, regaló a los usuarios de Xbox 360 un juego brillante, sin duda alguna el primer acercamiento serio y respetable de este deporte al mundo del videojuego.
Tras el lanzamiento de Wii y su rotundo éxito, a todos se nos hizo humo la cabeza imaginando nuevas formas de jugar y grandes títulos que podrían aprovechar el mesiánico mando. Volviendo a la realidad, nos encontramos que casi un año más tarde, pocas compañías obviando Nintendo (aunque hasta a ella le ha costado) ha conseguido cogerle el punto a la nueva forma de jugar que prodiga Nintendo.
Aunque nadie le exige a Wii un apartado gráfico de nueva generación (todos conocemos ya sus limitaciones y carencias), en cierto punto el apartado técnico de Table Tennis se ve demasiado limitado respecto a su versión para Xbox 360. Aunque la comparación entre ambos sistemas sea risible, no creo que nadie dude que Rockstar hubiera podido esmerarse más a la hora de convertir su juego a una consola técnicamente por encima de Game Cube. Por desgracia para nosotros, el resultado final parece una conversión de bajo presupuesto para PlayStation 2.
No todo van a ser sombras en esta versión de Table Tennis: El juego al menos, conserva la exquisita dirección artística que hizo destacar a su predecesor. La cuidada iluminación casi cenital es sublime, ya que logra centrar la atención visual en la propia mesa y olvidar un público que sólo se intuye mediante los FX. Los personajes (no son jugadores profesionales, son caracteres inventados por Rockstar) se han diseñado con muy buen tino, siendo todos muy personales e icónicos. Todo lo relacionado con el universo del tenis de mesa, desde la pelota, las equipaciones o las pistas está cuidado hasta el más mínimo detalle rezumando un aspecto sencillo y elegante.
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