Satoru Iwata (1959 – 2015)

GBA, GC, Nintendo DS, Wii, Nintendo 3DS, Wii U
Publicado el 13-07-2015 a las 22:44
Autor: José Ángel "ASTURmatr" Álvarez

Este es nuestro pequeño homenaje.

Mi padre siempre creyó que me dedicaría a hacer videojuegos. Imagino que tuvo que ceder y rendirse a la evidencia: estudiaba programación y pasaba horas con las consolas. Pero lo cierto es que no es algo que se me haya pasado por la cabeza realmente.  Cuando me tocó decidir supe que no quería que todo aquello que me servía para evadirme, para ser feliz, se convirtiera en una carga de trabajo. En cierto modo temía que conocer las entrañas de aquello que adoraba fuera como descubrir al Mago de Oz, al hombre detrás del telón.


Pero no por ello dejaba de pensar en toda esa gente que se sacrificaba por los demás, aquellos que se llevaban sus preocupaciones a casa con el único fin de que el resto, muchas veces ingratos, fuésemos felices con un mando entre las manos. Y en ese grupo es donde encaja Satoru Iwata.


Comenzó luchando contra su propia familia, temerosos de que su hijo no lograse ser una persona de provecho. Pero, por fortuna de todos, lo fue. Aquellos primeros juegos que programaba en su calculadora dieron resultado cuando entró en HAL, permitiéndonos disfrutar de obras atemporales como Balloon Fight. Su extraordinario talento como programador sirvió también para que Mother 2, el cual rehízo desde cero, acabase viendo la luz y para que Pokémon Oro y Plata fuesen las dos mejores y más grandes aventuras Pokémon que hayamos vivido jamás. También dejó su piel en Stadium, Smash Bros. y muchas otras entregas. Pero si hay un personaje de la factoría de Nintendo que hoy llora su pérdida al haberse quedado huérfano, ése es Kirby, la bola blanca con aspecto gatuno que creó allá por 1992 para GameBoy.


Después, con esas cosas que tiene la vida, consiguió convertirse en el cuarto presidente de Nintendo y el primero ajeno a la familia fundadora, el clan Yamauchi. Y no lo tuvo nada fácil, pero la historia es bien conocida: volcó el panorama de los videojuegos a nivel mundial, hizo de Nintendo la compañía más potente de Japón e innovó en los cauces de comunicación del usuario. Convirtió el E3 en espectáculos de masas e hizo ver que un presidente de una compañía no tenía necesidad de estar encorsetado y que podía hablar de tú a tú con todos sus usuarios.


Demasiadas cosas de las que hablar, demasiadas cosas que agradecer cuando lo que no salen son las palabras.

Arigato, Satoru.