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Vuelve L a Masa
Aprovechando el tirón del estreno de una nueva película sobre Hulk, Sega se ha animado a lanzar un videojuego homónimo en el que controlaremos al gigante verde. Como todos sabéis, se trata del mítico personaje creado por Stan Lee que describe la dualidad que vive Bruce Banner, científico que tras un experimento fallido se transforma sin control en Hulk. La historia tiene varias capas, lo que la convierte en una de las más interesantes y míticas de la Marvel. Está a medio camino entre Jelkyll & Mr. Hyde, una metáfora sobre los cambios de la madurez y una crítica a la energía nuclear.
Banner sufre una mutación genética que lo transforma en Hulk, volviéndose: gigante, superfuerte, musculoso, agresivo y por supuesto, verde. Para el videojuego se ha intentado hacer una mixtura entre el estilo de los cómics y el de las películas. Controlaremos a Hulk en la ciudad de Nueva York lo que, a priori, resulta muy interesante. Nos recuerda en ciertos aspectos a juegos como Spiderman 2 o Crackdown, pero sin llegar a los topes de calidad de los que hacían gala. El problema de Hulk: El videojuego es que tiene muy buenas ideas pero llevadas a cabo de manera cuestionable.
Tenemos total libertad de acción en la ciudad y resulta ciertamente divertido causar el caos y destruir edificios y coches a nuestro. No hace falta que os expliquemos que acciones puede desempeñar Hulk porque se sobrentiende: dar puñetazos, saltar y coger cosas para golpear con ellas o tirarlas por los aires. También se ha añadido un sistema de especiales por el cual usando una barra de energía podremos bien recuperar nuestra vida o realizar movimientos más poderosos. Pero todo esto acaba cansando. Es entonces cuando tenemos que ponernos a realizar tediosas y repetitivas misiones que no conseguirán entretenernos más allá de unas horas. Y al final siempre volveremos a campar libremente por el entorno urbano buscando nuevas maldades que hacer. En este sentido, tiene detalles muy gratificantes a la par que sádicos, como por ejemplo coger coches de gente inocente y empotrarlos contra edificios o, directamente lanzar humanos por el aire sin ningún tipo de remordimiento.
Cuando Hulk corre, todo se destruye a su paso. Los edificios se agrietan, la calzada se rompe, la gente corre pidiendo piedad, los coches salen volando, etc. Es divertido pero tiene ciertos problemas técnicos que nublan el espectáculo visual y jugable que podría haber llegado a ser. Para empezar el control es algo impreciso, los saltos no están todo lo bien ajustados que deberían sobre todo si los comparamos con la perfección alcanzada por Crackdown.
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