Steve Jobs (1955 - 2011)

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Publicado el 06-10-2011 a las 18:20 <<   Página 3 de 3  
Autor: José Ángel "ASTURmatr" Álvarez

Mi tercera historia es sobre la muerte.

Cuando tenía 17 años leí una cita que decía algo así como: ‘si vives cada día como si fuera el último, algún día tendrás razón.’ Eso me impresionó y, desde entonces, durante los últimos 33 años me he mirado al espejo cada mañana y me pregunté: ‘si hoy fuera el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?’ Y si la respuesta es ‘No’ durante muchos días seguidos, sé que tengo que cambiar algo.

Recordar que moriré pronto es la herramienta más importante que he encontrado jamás para ayudarme a tomar las grandes decisiones de mi vida. Porque casi todo –todas las expectativas externas, el orgullo, el miedo al ridículo o al fracaso- todo eso desaparece al enfrentarse a la muerte, dejando sólo lo que es verdaderamente importante. Recordar que vas a morir es la mejor forma que conozco para evitar caer en la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás desnudo. No hay razón para no seguir tu corazón.

Hace cosa de un año me diagnosticaron un cáncer. Me hice un escáner a las 7 y media de la mañana y mostraba claramente un tumor en mi páncreas. Y ni siquiera sabía lo que era el páncreas. Los médicos me dijeron que era, casi seguro, un tipo de cáncer incurable, y no tenía más esperanza de vida que 3 ó 6 meses. Mi médico me aconsejó que me fuera a casa y dejara todo en regla, que es la forma que tienen de decirte que te prepares para morir. Significa que tienes que decirle a tus hijos todo lo que tenías pensado decirle en los próximos diez años en unos pocos meses. Significa asegurarse de que todo está bien atado para que sea lo más fácil posible para tu familia. Significa decir adiós.

Viví con ese diagnóstico todo el día. Al final de la tarde me hicieron una biopsia en la que me introdujeron un endoscopio por la garganta, a través del estómago y hasta mi intestino, pincharon con una aguja en mi páncreas y  extrajeron unas pocas células del tumor. Yo estaba sedado, pero mi mujer, que estaba allí, me dijo que cuando vieron las células bajo el microscopio, los médicos empezaron a llorar porque era una forma muy rara de cáncer de páncreas que se podía curar con cirugía. Me operaron y ahora estoy bien.

Es la vez que más cerca he estado de la muerte y espero que sea lo más cerca que estaré en las próximas décadas. Habiendo pasado por ello, ahora puedo deciros con un poco más de certeza que la muerte era un concepto útil, pero puramente intelectual: Nadie quiere morir. Incluso la gente que quiere ir al cielo no quiere morir para llegar allí. Y, sin embargo, la muerte es el destino que todos compartimos. Nadie ha escapado y así es como debe ser porque la Muerte es, posiblemente, el mejor invento que tiene la Vida. Es el agente de cambio de la Vida. Limpia lo viejo para abrir camino a lo nuevo. Ahora mismo lo nuevo sois vosotros, pero algún día, no muy lejano, creceréis gradualmente hasta convertiros en lo viejo y ser dejados de lado. Siento ser tan dramático, pero es la verdad.

Vuestro tiempo es limitado, así que no lo malgastéis viviendo la vida de otros. No os dejéis atrapar por el dogma (que es vivir con los resultados de lo que otra gente piensa). No dejéis que el ruido de las opiniones de otros silencien vuestra propia voz interior. Y lo más importante, tened el coraje de seguir vuestro corazón y vuestra intuición. De alguna manera siempre saben realmente aquello que quieres ser. Todo lo demás es secundario.

Cuando era joven había una publicación maravillosa que se llamaba The Whole Earth Catalog, que era una de las biblias de mi generación. Fue creada por un tipo llamado Stewart Brand cerca de aquí, en Melo Park, y le dio vida con su toque poético. Esto fue a finales de los 60, antes de los ordenadores portátiles y los equipos de publicación, así que la hacía con máquinas de escribir, tijeras y cámaras Polaroid. Era una suerte de Google de papel 35 años antes de que Google se hiciera realidad: era idealista y rebosaba de herramientas claras y grandes conceptos.

Stewart y su equipo lanzaron varios números de The Whole Earth Catalog y luego, cuando seguía su curso, publicaron el último número. Fue a mediados de los 70 y yo tenía vuestra edad. En la contraportada de ese número aparecía una fotografía de una carretera a primera hora de la mañana, del tipo de carreteras en las que podrías encontrarte haciendo autostop si fueras de mochilero. Bajo ella aparecían las palabras ‘Sigue hambriento, sigue alocado.’ Fue su mensaje de despedida. Sigue hambriento. Sigue alocado. Y es lo que siempre he deseado para mí. Y ahora, cuando os graduáis, deseo eso para vosotros.

Seguid hambrientos. Seguid alocados.

¿Por qué sabemos que era un genio? Porque no cabe ninguna duda.


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