Steve Jobs (1955 - 2011)

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Publicado el 06-10-2011 a las 18:20 Página 1 de 3   >>   
Autor: José Ángel "ASTURmatr" Álvarez

Se va El Inventor de nuestra era.

Steven Spielberg ha dicho “Steve ha sido el mejor inventor desde Edison. Ha puesto el mundo en nuestros dedos”. No existen mejores palabras para resumir y describir lo que éste genio ha supuesto para nuestras vidas. Habíamos pensado en hacer un repaso a su vida y a su obra, pero no hay mejor repaso que el que él mismo hizo en uno de los discursos más inspiradores y recordados que se conocen: la ceremonia de graduación de la Universidad de Stanford en 2005.

 

Es un honor estar aquí con vosotros el día de vuestra graduación en una de las mejores universidades del mundo. La verdad sea dicha, yo nunca me gradué en la universidad y esto es lo más cerca que he estado de una graduación universitaria. Hoy quiero contaros tres historias de mi vida, eso es todo. Nada importante, sólo tres historias.

La primera historia va sobre unir los puntos.

Dejé la Universidad de Reed a los 6 meses, pero seguí asistiendo como oyente 18 meses más hasta que lo dejé definitivamente. ¿Por qué lo dejé? Empezó antes de que yo naciera. Mi madre biológica era una estudiante joven y soltera que decidió darme en adopción. Deseaba profundamente que me adoptara alguien que estuviera graduado en la universidad, así que todo estaba listo para que me adoptaran un abogado y su esposa. Sin embargo, cuando nací, decidieron en el último momento que realmente querían una niña. Así que mis padres, que estaban en lista de espera, recibieron una llamada en mitad de la noche que decía: ‘tenemos un niño inesperado, ¿lo quieren?’. Ellos contestaron: ‘Por supuesto’.

Tras esto, mi madre biológica descubrió que mi madre no estaba graduada en la universidad y que mi padre no había superado el instituto. Se negó a firmar los papeles que quedaban para la adopción. Cedió al cabo de unos meses cuando mis padres le prometieron que yo iría a la universidad. Ése fue el comienzo de mi vida.

Y 17 años después fui a la universidad, pero ingenuamente elegí una universidad que era casi tan cara como Stanford y todos los ahorros de mis padres de clase trabajadora se estaban gastando en mi educación universitaria. 6 meses después no le encontraba ningún valor. No tenía ni idea de lo que quería hacer con mi vida ni de cómo la universidad me iba a ayudar a saberlo. Y ahí estaba yo, gastando todo el dinero que mis padres habían ahorrado en toda su vida. Así que lo dejé y confié en que todo saldría bien.

En ese momento estaba un poco asustado, pero echando la vista atrás, fue una de las mejores decisiones que he tomado nunca. Al abandonar pude dejar de ir a las clases que no me interesaban y centrarme en aquellas que parecían mucho más interesantes. No era una situación idílica. No tenía una habitación y dormía en el suelo de las habitaciones de mis amigos, devolvía botellas de Coca Cola por los 5 centavos que daban para poder comprar comida y todos los domingos por la noche caminaba los 10 km que atravesaban el pueblo para poder tener una cena decente a la semana en el templo Hare Krishna. Me encantaba.

Y mucho de lo que me encontré saciando mi curiosidad y mi intuición se convirtió después en algo valiosísimo. Os daré un ejemplo: La Universidad Reed ofrecía por aquella época la que quizás sea la mejor clase de caligrafía del país. A lo largo del campus cada poster, cada etiqueta y cada dibujo tenían una caligrafía preciosa hecha a mano. Como ya me había dado de baja y no tenía que ir a las clases normales, decidí tomar las clases de caligrafía para aprender a hacer eso. Aprendí sobre las tipografías serif y san serif, sobre los cambios en los espacios entre las diferentes combinaciones de letras y lo que hace que una excelente tipografía sea excelente. Fue hermoso, histórico, artísticamente delicado de una forma que la ciencia no puede apreciar y yo lo encontraba fascinante. Nada de esto tenía la más mínima esperanza de tener una aplicación práctica en mi vida.

Pero diez años después, cuando estábamos diseñando el primer Macintosh, todo eso volvió a mí. Y lo aplicamos todo a Mac. Fue el primer ordenador con una tipografía bonita. Si yo no me hubiera apuntado nunca en ese curso en la universidad, Mac nunca habría tenido múltiples tipografías o fuentes proporcionalmente espaciadas. Y teniendo en cuenta que Windows sólo copió al Mac, es posible que ningún otro ordenador personal las hubiera tenido. Si nunca me hubiera dado de baja, nunca me habría apuntado a ese curso de caligrafía y los ordenadores personales nunca habrían tenido la preciosa tipografía que tienen.

Por supuesto, era imposible conectar los puntos mirando hacia delante cuando estaba en la universidad. Pero estaba claro si miraba hacia atrás diez años después. De nuevo, no puedes unir los puntos mirando hacia adelante, sólo si miras hacia atrás. Tienes que tener la confianza en que, de algún modo, los puntos se van a conectar en tu futuro. Tienes que confiar en algo: tu instinto, destino, vida, karma, lo que sea. Porque creer que los puntos se van a unir te da la confianza en escuchar a tu corazón, incluso cuando eso te lleva siempre por el mismo camino, pero eso marcará la diferencia.


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