Heroes of Mana

En la aventura encarnamos a Roget, soldado de Pedda, y a sus compañeros. Durante años, los 5 reinos han vivido en armonía y paz, pero ahora uno de ellos se ha sublevado; El Reino de Ferolia pone en marcha su maquinaría bélica para alimentar sus ansias expansionistas y golpear por sorpresa al resto de territorios. Durante una misión de reconocimiento, Roget se ve en una terrible encrucijada al estrellarse su avión y encontrarse en medio de un campo de batalla. Sumido en la incredulidad, descubre como las tropas de Pedda están combatiendo contra Ferolia…Roget intenta impedir la lucha, sin saber que ha sido Ferolia la que ha iniciado la disputa.

La historia de Heroes of Mana, a diferencia de los últimos títulos de la serie, tiene un argumento bastante adulto, lejos de las edulcoradas historias a los que nos tenian acostumbrado hasta ahora. Aun y todo, los tópicos de siempre siguen estando presentes y la narración se resiente, y no por como está escrita, sino por estar contada a través de monótonas imágenes estáticas.

Viendo el título del juego, uno puede pensar que se va a encontrar con el Action RPG de toda la vida, con las exploraciones de pueblos, mazmorras y demás. Por el contrario, como ya se ha asegurado en los primeros compases de este análisis, la saga ha dado un giro de 180º. De RPG queda muy poco, de acción algo más, pero estratégica. Desde el primer momento hay que tener presente que esto es un STR, es decir, un juego de estrategia en tiempo real.

La mecánica del juego es bastante sencilla. Al principio de cada batalla, tendremos que encaminarnos a la siguiente misión (En un primer momento hay sólo principales, pero luego van a apareciendo campañas secundarias que permiten ahondar en la historia), sin movernos por un mapa, puesto que la selección es automática. Una vez fijado el destino, queda saber quién luchará. Hecho y hecho, entre los 15 personajes disponibles elegimos a los guerreros que queramos y comenzamos a batallar. Cada misión tiene unos objetivos inamovibles, que suelen ser conquistar un territorio, proteger a aldeanos o derrotar a los enemigos que aparecen en el mapa. También hay requisitos que deben cumplirse y que se fijan al iniciar la tarea.

Durante el combate, uno de los elementos esencial es la nave Nightshaw, que sirve de base para los aliados y además es el motor de nuestro ejército, porque gracias a ella podremos convocar a las tropas. Para ello, es necesario buscar recursos en el mapa, recursos que por cierto son limitados y que gestionan unos simpáticos conejos que también hay que crear. A medida que avancemos en el juego, iremos consiguiendo potencial para crear tropas más poderosas, pero es importante medir bien el flujo de combatientes que creamos, pensando en todo momento que los recursos son perecederos.

El control con el stylus es sencillo, simplemente hay que pulsar sobre el personaje y dar un toque al lugar de destino al que queremos que se desplace. Para mover a tropas enteras, basta con dibujar un circulito alrededor de los soldados y elegir un punto en el mapa. Para empezar una batalla hay que acercarse al enemigo, siempre teniendo en cuenta que dependiendo del tipo que sea (pesado, volador, etc), será mejor usar un tipo guerreros o otros.

La nula inteligencia artificial de los enemigos y de los aliados que no controlamos hacen la experiencia un tanto desesperante a veces. Para más inrri, las ralentizaciones del motor llegan a molestar.