La mejor estrategia se amplia

Age of Empires es una de las sagas más reputadas de estrategia del mundo del PC. Tras tres entregas, publicadas a lo largo de estos más de 10 años de franquicia, la saga ha ido recorriendo la historia de forma profunda y creando un apartado jugable accesible y constantemente retador, llegando a situarse como el referente indiscutible del género (pese a sus deslices como Age of Mithologies).

Tras el lanzamiento de la tercera entrega en 2005, el juego ha recibido ya un primer pack de expansión que, aunque atractivo, la similitud con el juego principal y la escasez de novedades hicieron que no destacasen en exceso. Esta segunda expansión se publica con el objetivo de evitar errores pasados y lleva a la franquicia a un entorno inexplorado: el imperio asiático.

El desarrollo de esta expansión se fragmenta en tres grandes territorios, China, La India y Japón. Por ende, la historia nos llevará a visitar los tres países pero cada uno tendrá un hilo argumental exclusivo y sólido (que fluirán hasta un punto común, como cabría esperar). El juego desgraciadamente (en su modo campaña) ofrece sólo quince capítulos, los que se nos antojan demasiado cortos y sencillos para un título de estas características tan cuidado en todos los niveles (más aún teniendo en cuenta que es una simple expansión). La curva de dificultad es progresiva aunque el juego solamente nos propondrá situaciones complejas bien avanzada la campaña.

Una de las novedades más destacadas del título son las “Maravillas”, construcciones totémicas, punto clave para la evolución de nuevas edades, un componente de carácter mesiánico, con connotaciones religiosas más que obvias. Mediante su construcción, el juego irá evolucionando y servirán como “puntos de control” gráficos, muy inteligentemente introducidos en la interfaz general del juego. Como podréis imaginar, la construcción de estos edificios especiales consume recursos pero la recompensa de tener acceso a nuevas tecnologías y unidades es lo suficientemente atractiva como para dejarla pasar.  La diferencia entre los tres pueblos tiene alto contraste. El pueblo chino utilizará unidades en grupo y no sueltas como habitual, o el imperio japonés será mucho más fuerte en el cuerpo a cuerpo, creando interesantes matices jugables.

Hay que tener en cuenta que el encanto de esta expansión reside en la cultura asiática, tan de moda y respetada en los últimos años. Se plasmarán valores “hollywodienses” como el honor, el valor y la lealtad mediante un precioso apartado técnico (tan preciosista o más como el propio juego original), lleno de referencias al oriente más “idealizado”, evidentemente, con todo tipo de licencias históricas (todas las habidas y por haber, añado, algo normal en este tipo de juegos, los auténticos Némesis de los historiadores).
No obstante, personalmente prefiero este aspecto más idílico, mucho más agradecido para el jugador benévolo. Lo mismo decir de la BSO, aunque algo mediocre ya que el factor oriental es demasiado protagonista, rozando el temible aspecto Kistch.

El juego sin embargo, continúa ofreciendo pocas novedades para el usuario acostumbrado a la franquicia. Age of Empires parece que no sabe dar el salto a excepción del aspecto visual y esta nueva entrega parece simplemente un nuevo escenario dónde combatir más que una nueva experiencia de juego. Dónde debería reflexionar Ensemble Studios (aunque esta expansión la haya desarrollado Big Huge Studios) es el por qué su franquicia no logra evolucionar prácticamente desde su segunda entrega en PC. Esperemos que Halo Wars sirva como punto de partida para poder llevar la saga AoE a nuevas fronteras jugables.

Pese a todo, Age of Empires sigue siendo referente por su accesibilidad y ejecución brillante. Su modo multijugador sigue siendo tan agradecido y rico como hasta ahora, permitiendo grandes enfrentamientos tanto Online como por red local.

Puntuaciones

Gráficos: 7.0

Sonido: 6.0

Jugabilidad: 8.0

Duración: 6.0

Multijugador: 9.0

Historia: 7.0

TOTAL: 7.0