Starwhal

No es un pájaro, ni un avión… ¡es un narval espacial!.

El modesto estudio Breakfall nos trae una de las últimas propuestas indies del año. Un arcade sencillo de controlar, pero muy difícil de dominar, que busca divertir a cuatro jugadores congregados en un mismo salón.

En él, asumimos el papel de ballenas espaciales, que podremos personalizar con desternillantes diseños para cada parte del cuerpo, y que controlaremos con tan solo tres acciones (izquierda, derecha y avanzar).

¡Mueve la colita!

Así dicho parece sencillo pero, por lo general, la primera toma de contacto con el control suele ser pésima. La culpa de ello la tiene la enorme inercia del movimiento de los cetáceos hace muy difícil controlaros. Sin embargo, tras unos minutos luchando contra la frustración, se puede llegar a dominar en gran medida.

En el cuerpo de cada ballena destaca el cuerno frontal, que sirve para atacar, y un corazón, bien identificado en el pecho, que representa su único punto débil. Ambas partes definen la manera de enfrentarnos al resto durante la partida y, gracias a una acertada ralentización automática, contaremos con una mayor precisión en los momentos más críticos.

¡Con amigos, mucho mejor!

El titulo nos da pocas opciones de juego, aunque muy concisas, entre las que encontramos:

+ Versus, para 4 jugadores offline (todos contra todos o 2 contra 2), donde competir por la victoria en los siguientes tipos de partida.
- Clásico, donde cada uno cuenta con un número de vidas y gana el último superviviente.
- Por puntos, en el que se suman puntos por cada vida arrebatada y se restan por las pérdidas.
- Al corazón, donde los puntos se arrebatan al resto.
- Zonas, en el que tendremos que conquistar y defender zonas del escenario ante el ataque de las ballenas enemigas.

+ Desafío, para un solo jugador, en el que tendremos que alcanzar un objetivo en el menor tiempo posible.

Cualquiera de los modos Versus resultan tremendamente entretenidos cuando lo compartimos con otros amigos, aunque el Desafío también podrá darnos algunas horas de entretenimiento individual, bastante menos emocionante en comparación.