Strenght & Honour

PC
6.2
Strenght & Honour 10 TodoJuegos
Publicado el 19-03-2005 a las 21:15 Página 1 de 2   >>   
Autor: Sergio González

Friendware vuelve a adentrarse en el mundo de la estrategia con una apuesta tan original como arriesgada, con este Strenght & Honour, un juego de estrategia por turnos que intenta insuflar un soplo de aire fresco al género. Veamos si lo ha conseguido.

Strenght & Honour nos permite crear un imperio y gestionarlo, por turnos, desde todas las perspectivas que os podáis imaginar. Vosotros decidiréis la relación, tanto diplomática, como militar, de vuestro imperio con el resto de países, forjando alianzas inquebrantables, o declarando la guerra a vuestros vecinos. Todo está permitido. Pero cuidado con las consecuencias...

LA HISTORIA
Esto es lo bueno de este tipo de juegos: que la historia la escribes tú. En Strenght & Honour tenemos la oportunidad de cambiar el curso de los acontecimientos históricos más reseñables de la humanidad. Tanto en la opción Batallas Históricas, como en Campaña, el discurrir de los hechos se escribirá en torno a nuestro imperio. Personajes históricos como Julio César, Aníbal, Escipión o Cleopatra, pondrán sus tropas a nuestro servicio, y nuestro criterio será el que lo lleve a la victoria más gloriosa o a la derrota más humillante.

JUGABILIDAD
Strenght & Honour no es un juego para todos los públicos. Si lo que buscas es estrategia relampagueante, turnos frenéticos y gestión simple, búscate otra cosa. Aquí deberás llevar un férreo control sobre todos los aspectos y variantes de tu imperio, y gestionarlo se convertirá en una ardua y complicada tarea. Tal vez demasiado. Es fácil perderse entre las decenas de menús disponibles, y más de una vez maldeciremos tanto control, menú de ciudad y mapa mundi. Eso sí, tendremos todo el tiempo del mundo para hacerlo, ya que el sistema de juego está estructurado por turnos, aunque las batallas se librarán en tiempo real. El estratega puro y duro llegará a apreciar el dominio que ejerce sobre su región. Podemos hacer casi cualquier cosa: proponer tratados, sofocar rebeliones, enviar asesinos para acabar con nuestros enemigos, negociadores para obtener alianzas, construir teatros y bibliotecas para conservar el bienestar de nuestro pueblo... hasta dejar descendencia. Muchas posibilidades... pero lo que es una gran idea sobre el papel no tiene su reflejo sobre nuestra pantalla. El juego anda algo falto de, no sé... espíritu. Puedes llegar a apreciarlo, sí, pero no llegará a exaltarte como debería.

Cuando nuestro ejército salte al campo de batalla, el juego adoptará una vista casi cenital sobre el terreno, con un punto de vista muy amplio. Lo que debería de ser un episodio emocionante dentro de tanta gestión, se convierte en un episodio algo anodino... aunque, con la experiencia en el manejo de nuestras tropas, le llegas a coger el gusto a la cosa. Nuestro ejército se divide en escuadrones independientes, dispuestos a ser controlados desde nuestro ratón, cada uno con su función y utilidad. Las posibilidades tácticas se multiplican. También tendremos la oportunidad de disputar las batallas en el mar, pero la estrategia y la diversión disminuyen considerablemente.


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