Foul Play

¡Larga vida al teatro!.

A lo largo de la actual generación de consolas, que toca a su fin, nos han llegado auténticos juegazos en formato digital, tanto para XBLA, PSN o Steam. Muchos de estos juegos no suelen tener la batería mediática de las grandes producciones callofdutyescas de turno pero, sin llegar a la ingente cantidad de ventas de dichas superproducciones, consiguen hacerse un hueco entre la crítica así como entre los aficionados que le echan el guante.

Mediatonic, una compañía poco conocida pero, con más de un lustro en el mundillo a sus espaldas, nos trae Foul Play, un divertido Hack 'n' Slash y con un argumento delirante que nos hará soltar más una carcajada durante nuestras partidas en solitario, con otro amigo online o en la misma consola. Podría decirse que esta es la primera aproximación “seria” dentro de XBLA ya que el anterior título que sacaron en la plataforma online de Microsoft fué bajo el formato de los llamados “indie games”.

La constante lucha contra las fuerzas del mal

Barón Dashforth, un eminente demonólogo londinense del siglo XIX en el ocaso de su carrera y tras una vida entera dedicada a la lucha contra fuerzas demoníacas que nos acechan en cada esquina, se anima de una vez por todas, a contar su historia, pero, de una forma un tanto particular.

A través de una de las formas más antiguas de entretenimiento del hombre, un teatro, nos irá relatando su historia, su experiencia contra las fuerzas malignas a lo largo de una serie de actos que conformarán los distintos capítulos de sus aventuras. Durante sus periplos aventureros sobre la madera del escenario del teatro contará con la ayuda de Scampwick, un joven aventurero y amigo de Dashforth, que sembrará el terror entre sus enemigos con una inusitada habilidad a la hora de manejar una “escoba.”

Los relatos de estas aventuras nos llevarán a lo largo y ancho del mundo sin movernos desde la butaca del teatro. Desde ruinas faraónicas del antiguo Egipto con sus peligrosas momias, hasta el triángulo de las Bermudas y los terribles secretos que alberga el profundo océano o el temible inframundo. Siempre bajo el atento público del teatro, que nos recompensará con sus aplausos si la cosa vá bien...