El Caballero Oscuro deja el asilo para patrullar la ciudad.
Rocksteady sorprendió a todo el mundo y sector de los videojuegos en el año 2009, con el laureado videojuego por la crítica y usuarios Batman: Arkham Asylum, calificado sin ninguna discusión como “el mejor videojuego basado en un súper héroe hecho hasta la fecha”. Dos años después, tanto el estudio desarrollador como Warner Bros. Interactive han presentado un título mucho más ambicioso que el anterior, proponiendo un juego mucho más amplio en todos los sentidos con este Batman: Arkham City. Tal fue además la grandeza de la primera entrega, que incluso en una habitación secreta se nos mostraba un plano del lugar en el que se desarrolla esta entrega, el recinto penitenciario de Arkham City.
En él se desarrolla esta nueva historia del hombre murciélago, una historia que tiene lugar un año después cronológicamente de la primera entrega. El actual alcalde de la ciudad y antiguo alcaide del Asilo Arkham decidió construir usando los antiguos barrios de Gotham una cárcel y penitenciaría completamente libre para criminales, debido al aumento peligroso de asesinos y psicópatas en la ciudad. Así pues Arkham City permite a los criminales total libertad siempre que no intenten escapar del complejo, instaurándose una anarquía en la que gobiernan los más fuertes: El Joker, El Pingüino y Dos Caras. Todo ello bajo la atenta mirada del psicólogo Hugo Strange y su equipo TYGER, compuesto por soldados de élite que solo controlan la situación sin interferir dentro del complejo.
Debido a la situación y a la inestabilidad del proyecto, el propio Bruce Wayne decide llevar a cabo una campaña mediática para cerrar Arkham City, llegando incluso a ser capturado por los miembros de TYGER durante una presentación de protesta, dejando a la parte humana de Batman completamente sola ante el peligro de una ciudad controlada por el crimen y un psicótico Hugo Strange que conoce su identidad…
Apartado Técnico
Batman: Arkham City hereda lo mejor de su predecesor y lo mejora prácticamente en todos sus aspectos. Lo primero que llama la atención una vez tomamos el control de Batman es la amplitud del escenario y las preciosas vistas del complejo y la ciudad, mostrando un aspecto aún mucho más detallado que el de la primera parte, algo a tener muy en cuenta positivamente partiendo de la base de que estamos ante un mundo abierto tres veces más grande que el Asilo Arkham. Del escenario también destaca hasta el más mínimo detalle de callejones y edificios, que han sido completamente recreados hasta la última textura. Además, el apartado artístico de los mismos es simplemente sublime, pues prácticamente se han basado en el cómic para detallar hasta el último recoveco de la ciudad.
Otro punto a favor del juego es el trabajado sistema de iluminación que usa el título en los exteriores, en una ciudad que se encuentra siempre a oscuras y que solo está alumbrada por los potentes focos del recinto y una gran luna llena, consiguiendo una ambientación que nos sumerge totalmente en el universo de Batman. Por supuesto y al igual que en Arkham Asylum, pero en menor medida, el juego también muestra unos escenarios interiores en los que queda resaltada la potencia del motor Unreal Engine. Otros detalles como el aspecto general de la ciudad, la contaminación del ambiente y que cada zona está prácticamente personalizada por el villano que la controla no dejan lugar a dudas que estamos ante uno de los referentes gráficos de la generación.
